Robinson Canó está entusiasmado con la oportunidad de unirse a los Padres de San Diego y, aunque su papel va a cambiar drásticamente, el veterano cree que tiene mucho que ofrecer a su nuevo equipo.
“Todavía me queda mucho en el tanque”, dijo el viernes el hombre de 39 años, según Maria Torres de The Athletic, “y sé que todavía puedo jugar este juego”.
Cano admitió que no está del todo listo para el cambio a un papel menos prominente, pero planea adaptarse.
“La mentalidad ya cambió. Simplemente llevará tiempo, pase lo que pase”, dijo Cano. “Es como si hubieras estado haciendo el papel (de todos los días) durante los últimos 15, 16, 17 años. Es solo un papel al que te llevará tiempo (adaptarte) independientemente de que tengas tu mentalidad lista”.
Los Padres firmaron a Canó con un contrato de Grandes Ligas (recibirá el salario mínimo de la liga) después de que los Mets de Nueva York lo liberaran el 8 de mayo cuando le quedaban dos años de contrato.
San Diego no espera el mismo tipo de producción que convirtió a Robinson Canó en ocho veces All-Star y cinco veces Silver Slugger. En cambio, los Padres tienen la intención de usarlo fuera de su banco con la esperanza de que brinde orientación y liderazgo en la casa club.
Robinson Canó bateó .195/.233/.268 con un jonrón y tres carreras impulsadas en 43 apariciones en el plato para los Mets antes de ser liberado.
